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El intento de asesinato al expresidente Donald Trump ocurrió durante un acto de campaña en Pensilvania el sábado, días antes de que reciba la nominación republicana por tercera vez. Una ráfaga de disparos desató el pánico. Trump, con manchas de sangre tras recibir un disparo en la oreja, fue rodeado por agentes del Servicio Secreto y subido a toda prisa a su camioneta. Alzó el puño en señal de desafío.

La campaña de Trump informó que el expresidente se encontraba “bien” después del incidente, que le perforó la parte superior de la oreja derecha.

“Supe inmediatamente que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel”, aseveró en una publicación en su red social Truth Social. “Hubo mucho sangrado”.

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El FBI identificó al tirador la madrugada del domingo como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, residente en Bethel Park, Pensilvania. La agencia señaló que la pesquisa seguía activa y en marcha.

Al menos un hombre presente en el acto de campaña murió y otros dos resultaron gravemente heridos, según informaron las autoridades. El Servicio Secreto indicó que abatió al presunto agresor y que Trump estaba a salvo.

El ataque representa el intento más serio de asesinar a un presidente o candidato presidencial desde que Ronald Reagan fue baleado en 1981. Ocurre en medio de una atmósfera política profundamente polarizada en Estados Unidos, a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales. Esto podría alterar el tenor y la postura sobre seguridad en la Convención Nacional Republicana, que comenzará el lunes en Milwaukee.

Con información de AP.

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