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La campaña de Harris anunció el lunes el lanzamiento de un canal de WhatsApp destinado a movilizar a los votantes latinos antes de las elecciones de noviembre. WhatsApp es una fuente clave de información y comunicación para muchos latinos, que constituyen un bloque de votantes crítico.

El canal fue lanzado con un video bilingüe de la gerente de campaña Julie Chávez Rodríguez y contará con otros voceros latinos de la campaña. El contenido incluirá notas de voz diarias, videos y mensajes de aliados destacando los esfuerzos de la campaña y con el objetivo de combatir la desinformación, según informaron los funcionarios.

«Ahora más que nunca debemos acercarnos a los latinos donde están y crear programas creativos como este canal de WhatsApp. Son la forma en que esta campaña llegará a los votantes que decidirán esta elección», dijo Maca Casado, directora de medios hispanos de la campaña.

El canal es el último esfuerzo de la campaña de Harris para llegar a los votantes a través de lo que han descrito como un entorno mediático fragmentado. La campaña también ha utilizado TikTok, influencers en redes sociales y otros métodos para tratar de conectar con los votantes.

El riesgo de WhatsApp: ¿Estrategia o invasión de privacidad?

La creación de un canal de WhatsApp para movilizar a votantes latinos por parte de la campaña de Harris refleja un enfoque estratégico que ha generado tanto elogios como críticas.

Por un lado, el uso de WhatsApp, una plataforma ampliamente utilizada en la comunidad latina, demuestra un intento de acercarse directamente a este grupo demográfico clave. Sin embargo, esta movida también ha suscitado preocupaciones sobre la ética de utilizar herramientas de comunicación personal con fines políticos.

Ver también: Axios destapa maniobra de Harris con Google Ads

Mientras que WhatsApp se ha convertido en un vehículo crucial para la difusión de información en muchas comunidades, su uso en campañas presidenciales plantea interrogantes sobre la invasión de la privacidad y la manipulación de los espacios digitales que tradicionalmente se han considerado más privados.

Desde Claro y Directo América, considero que aunque no es raro que las campañas presidenciales utilicen plataformas de mensajería para llegar a los votantes, el hecho de que se esté recurriendo a WhatsApp de manera tan directa y específica puede ser visto como una jugada arriesgada. No solo se corre el riesgo de alienar a los votantes que consideran WhatsApp un espacio personal, sino que también se abre la puerta a cuestionamientos sobre la transparencia y la ética de estas tácticas en el contexto de una elección nacional.

Lee el artículo original en The Hill

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